miércoles, 3 de diciembre de 2008

Máximas morales

François VI, duque de La Rochefoucauld (1613-1680) fue un escritor francés que escribió un libro de Reflexiones o sentencias y máximas morales (1665) en el que, en número aproximado de setecientas, arremete contra la falsa virtud y desmitifica la concepción tradicional del héroe.
La edición completa de las Máximas apareció en 1817.

Todo el mundo se queja de su memoria, pero nadie de su inteligencia.

Tres clases hay de ignorancia: no saber lo que debiera saberse, saber mal lo que se sabe, y saber lo que no debiera saberse.


Es más vergonzoso desconfiar de los amigos que ser engañado por ellos.

La clemencia de los príncipes a menudo no es más que política para ganarse el afecto de los pueblos.

A los viejos les gusta dar buenos consejos, para consolarse de no poder dar malos ejemplos.


El medio más fácil para ser engañado es creerse más listo que los demás.

Los celos se alimentan de dudas.


Lo que nos impide muchas veces entregarnos en manos de un solo vicio, es el estar prisioneros de multitud de ellos.

Todos poseemos suficiente fortaleza para soportar la desdicha ajena.


Cuando no se encuentra descanso en uno mismo, es inútil buscarlo en otra parte.

Es más fácil ser sabio para los demás que para uno mismo.

Antes de desear ardientemente una cosa, deberíamos cerciorarnos cuidadosamente de la felicidad que proporciona al que la posee.

Los defectos del espíritu, como los del rostro, aumentan al envejecer.

Se puede ser necio teniendo talento, pero jamás teniendo juicio.

Establecemos reglas para los demás y excepciones para nosotros.


Ni el Sol ni la muerte pueden ser mirados fijamente.

La vanidad de los demás resulta insoportable porque hiere la nuestra.

Ninguna otra cosa damos con tanta liberalidad como nuestros consejos.


Se dan consejos, pero no el juicio para sacar provecho de ellos.

Los pleitos no durarían tanto si la culpa no estuviese más que en una de las partes.

Si no tuviéramos defectos, no hallaríamos tanto placer en resaltar los de los demás.


La ®ochefoucauld

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